El cantante, guitarrista y compositor de rock estadounidense, Bruce Springsteen, se presentaba bastante reivindicativo el martes 24 de junio en el estadio Reale Arena de Donostia, por quinta vez dentro de su gira ‘Land of Hope and Dreams’ (la tierra de las esperanzas y los sueños). Tras su reciente concierto ofrecido el pasado sábado 21 de junio en el mismo recinto y bajo una lluvia intermitente, siendo ésta su cuarta cita con el público donostiarra y de fieles seguidores repartidos por numerosas ciudades estatales e internacionales. Anteriormente lo hizo en julio de 2008 donde presentaba su disco ‘Magic’. En 2012 lanzaba ‘Wrecking Ball’ y lo presentó en junio en Anoeta en un intenso directo que estuvo acompañado por un fuerte aguacero que aún los presentes lo recuerdan como un concierto netamente memorable. Para después regresar al mismo recinto en mayo de 2016 dentro de su gira aniversario del emblemático disco ‘The River’ publicado en 1980. En el que cerca de algo más de 40.000 fieles seguidores disfrutaron una vez más de ‘El Jefe’ y de su adorada E Street Band.
Su quinto concierto en Donosti volverá a permanecer en las memorias de todos los 40.000 asistentes como otro tremendo directo vivido con Buce como gran director de orquesta y que se mostró bastante cabreado con todo lo que está sucediendo en su país principalmente. Y que junto a un extensa E Street Band, que cuenta actualmente con coro vocal, percusión y sección de viento, lograron satisfacer por completo al entusiasmado público que lo gozó durante su trepidante show que además contó con suspensión incluida motivada por una repentina y potente tormenta eléctrica. Pudiéndose comprobar que todos los músicos presentes encima del escenario se mostraban como una gran familia predispuesta a satisfacer a toda su legión de fans que volvieron a llenar este renovado estadio por segunda vez en menos de cuatro días. Una engrasada banda que contaba con una ausencia más que destacable, al ausentarse a última hora, el guitarrista Stevie Van Zandt que causaba baja por una operación de apendicitis de última hora. En un comunicado emitido por la propia organización en el que destacaban ‘queremos transmitir un mensaje de tranquilidad, todo está bien y le deseamos a Stevie una pronta recuperación‘.

A eso de las 21:07 horas ‘El Jefe’ y su amplia E Street Band comenzaron su concierto con “Lonesome Day” ante un público totalmente entregado desde los primeros acordes para después interpretar por sorpresa “Prove It All Night” (debut en el Tour), y de seguido “Land of Hope and Dreams”, ésta ultima convertida en un himno colectivo de esperanza. Donde Springsteen saludó a todos sus incondicionales con ‘Gabon Donostia, Buenas noches San Sebastián’. Para arremeter en contra del actual inquilino de la Casa Blanca con un discurso que estuvo presente en algunos tramos de su show, en que señaló que su país, ‘Los Estados Unidos que amo, sobre los que os he cantado y que han sido un referente de esperanza y libertad durante 250 años están actualmente en manos de una administración corrupta, incompetente y traidora‘. Añadiendo ‘Esta noche pedimos a todos los que creéis en la democracia y en lo mejor de nuestro experimento norteamericano que os rebeléis con nosotros, alcéis la voz y os unáis a nosotros contra el autoritarismo. ¡Y que redoble la libertad!‘.

“Death to My Hometown” fue la siguiente en sonar destacando el solo de saxo que protagonizó, Jake Clemons, sobrino del añorado Big Man (Clarence Clemons). Luego fue turno para la magnífica “No Surrender” que obtuvo gran respuesta por sus fans. Al igual que “Rainmaker” y que dedicó al ‘líder de los Estados Unidos‘. Siendo “Atlantic City” una de las grandes sorpresas del repertorio que lleva interpretando desde su comienzo de su gira europea. Después llegaba uno de los momentos álgidos de su show al interpretar “The Promised Land” que contó con gran participación del público. Sobre todo de las primeras finales ya que el propio Springsteen se dio un baño de masas que tanto le gusta a él y proclama en todos sus directos. Y por si fuera poco de seguido llegaba “Hungry Heart” en el que todo el estadio se rindió a los músicos presentes en el escenario. A lo largo de su sublima interpretación no faltaron las manos de los allí presentes moviéndose al compás de uno de sus grandes himnos.
“My Hometown” fue la siguiente en sonar en el que cientos de móviles iluminaban el recinto con un Springsteen soberbio. En “Youngstown” contó con tremendo solo de guitarra por parte de Nils Lofgren. Para después dar paso a “Long Walk Home”. Y en el inicio de “House of a Thousand Guitars” con Bruce en el centro del escenario con guitarra acústica y armónica, alguien del equipo le comunica que se retire inmediatamente del escenario ante la incredulidad del público presente tanto en la pista como en las gradas que se percibe de la situación, al ser testigos de una enorme tormenta eléctrica que deja suspendido el concierto durante treinta y cinco minutos. Se esperaba lo peor pero a eso de las 23:00 horas vuelve al escenario Bruce para protagonizar un regreso como pocas veces habíamos sido testigos. Comenzando con la versión eléctrica de “Growin’ Up” (debut en el Tour). La animada “My Love Will Not Let You Down” fue la siguiente en sonar junto a toda su E Street Band para después seguir con otras tres grandes novedades, como fueron “Darlington County”, “Working on the Highway” y “I’m on Fire” (debuts en el Tour). Dejando a todo el respetable totalmente extasiado y eternamente agradecido ante tanta sobriedad y entereza que se respiraba encima del escenario del Reale Arena.

El concierto iba transcurriendo tal como se esperaba y llegaba el turno para revivir una gran tanda de clásicos dentro de la extensa discografía de éste notable ‘director de orquesta’ junto a los omnipresentes en la guitarra Nils Lofgren, en la batería Max Weinberg, en el bajo Garry W. Tellent, en el piano Roy Bittan y en los teclados Charlie Giordino. Acompañados por Soozie Tyrell en violín y acústica, Anthony Almonte en percusión, Curtis King, Lisa Lowell, Michelle Moore y Ada Dyer en el coro vocal y Ozzie Melendez, Barry Danielian, Curt Ramm y Eddie Manion en la sección de viento. La primera de ellas fue la marchosa y animada “Because The Night” que volvió a contar con un tremendo solo de guitarra por parte de Nils Lofgren. En “Wreacking Ball” se volvió a vivir un momento de enorme éxtasis por parte del respetable que seguían en trance durante el transcurso de otro de sus hits “The Rising”. Para después caer rendidos al compás de uno de sus grandes himnos rockeros , tal como es “Badlands”. Terminando totalmente doblados y eternamente emocionados con “Thunder Road”. En la que nuevamente Springsteen se vuelvía a dar otro memorable baño de masas junto a sus incondicionales fans que estuvieron a lo largo de la semana haciendo varios turnos diarios para conseguir estar presentes en las primeras filas y lo más cercano a su ídolo. Que volvió a estar a la altura a pesar de tener ya algo más de 75 años a sus espaldas.

Tras un breve descanso, por decirlo de alguna manera, llegaba otro de los momentos destacados, al tener que encarar la recta final del show con los habituales bises. En la que no faltaron los clásicos y grandes éxitos, como las archiconocidas y radiadas hasta la eternidad “Born In U.S.A.” y “Born Tu Run” ante el éxtasis de todos los presentes en un recinto que contaba con todas las luces encendidas. Después fue el turno para la animada “Bobby Jean” que tan bien es recibida por todos sus fieles que alzaban al eléctrico cielo sus respectivas manos. De seguido fue el turno para dos emblemáticas canciones que los ahí presentes las gozan al máximo. La elegidas fueron “Glory Days” y “Dancing In The Dark”. En la maravillosa “Tenth Avenue Freeze-Out” fue el momento de la presentación de todos los músicos presentes, y en el que se pudo visionar en las pantallas algunas instantáneas de los añorados Clarence Clemons y Danny Federici, miembros fallecidos años atrás. Que siempre Springsteen y compañía suelen rendirles emotivos homenajes, logrando de esta manera que sigan presentes en la memoria de todos sus seguidores. Y de seguido para recuperar el ánimo qué mejor que la festiva “Twist and Shout” de The Top Notes. Para después despedirse de todos los presentes con “Chimes Of Freedom” de Bob Dyan declarando y alzando la voz por ‘un mundo mucho más justo‘. Dando así por concluido otro memorable concierto de ‘The Boss’. Siendo éste el más reivindicativo y el más eléctrico (con tormenta y suspensión incluida) de los cinco presenciados en Donostia.

Vivir un concierto de Bruce Springsteen para un servidor es una experiencia gratificante e indescriptible cargada de emociones. Donde tu ídolo se ofrece ante el público como si fuera un familiar cercano o mejor dicho como un íntimo amigo que quiere compartir contigo las canciones que ha compuesto a lo largo de todos estos años. Y que a ti como fan, muchas de ellas te llegan a emocionar, otras te alegran la existencia y en todo su conjunto las vives con tanta intensidad como público como todos los músicos que se encuentran encima del escenario. Donde aportan lo mejor de cada uno para que un concierto de Bruce Springsteen y la E Street Band sea una experiencia única e inolvidable. Y con ésta última vivida, van once ocasiones ya, donde durante algo más de tres horas he vuelto a sentirme completamente feliz y afortunado. Al compartir esas melodías y esos estribillos, que para uno mismo pueden llegar a ser mágicos y otros más melancólicos, que te penetran tanto en tu mente, que finalmente llegas a pensar o sentir que eres otro miembro más de la famosa E Street Band, a pesar de la considerable ausencia de Little Steven. Y si así ocurre, pienso que ‘El Jefe’ ha logrado su objetivo con creces.
- Fotografías: Daniel Oyarzabal.