La música, la sonrisa eterna de One

La música, la sonrisa eterna de One

El pasado viernes el Kafe Antzokia reunió a mas de 400 personas que quisieron rendir homenaje a One Herrera. Amigos de quien es considerado persona clave dentro del panorama musical de Bilbao y  que fue compañero de tantos grupos a lo largo de sus carreras.  Una noche de música y recuerdos en la que la sonrisa de One estuvo presente. “El acto más antisistema es sonreír, por eso One es el ser más revolucionario que he conocido nunca”, sentenció Kutxi Romero durante su actuación.

Pese a que dos artistas, Alex UbagoSilvino de Aerolíneas, se cayeron a última hora del cartel por enfermedad, el ambiente fue muy bueno. Jóvenes que fueron a disfrutar de Zea MaysRuloKutxi Romero y quienes no lo son tanto que la gozaron con Mikel ErentxunLa GranjaBB Sin Sed. Una mezcla de edades que dan muestra del trabajo intergeneracional que One realizaba. No faltaron tampoco las anécdotas que vinieron de la mano de Reyes Torío (Dinamita Pa´ Los Pollos) y de Javier Corral (Jerry).

Zea Mays

Abrieron One Fest Zea Mays en formato dúo y acústico al igual que las tres siguientes actuaciones. Tocaron cuatro temas en los que Aiora Rentería lo dio, como siempre, absolutamente todo. Un muy buen sonido que permitió disfrutar de la potente voz de Aiora. No faltó el tema “Negua Joan Da Ta” con el que se despidieron. En breve tendremos noticias de ellos y de sus nuevas canciones.

Rulo y Kutxi Romero

Desde Reinosa llegó Rulo, esta vez sin Contrabanda. “Vamos a tocar unas canciones para One”, introdujo el cántabro. Si Rulo suena bien enchufado no le va  a la zaga sus bolos en acústico. Sonaron “Noviembre”, “La cabecita loca”, “Heridas de rock & roll” y “Divididos”. Esta última junto a Kutxi Romero; de esas cosas curiosas que quedan para el recuerdo.  El líder de Marea ya no se bajó del escenario y pidiendo una guitarra (“desafinada para que vaya acorde con mi voz”) empezó con su actuación. Blandiendo una camiseta con la figura de Camarón regaló media docena de temas entre los que gustaron “Vengo del mercado” y “No me beses en la boca”. Ante la insistencia tocó un bis y se marcó un cover de Leño; “Es sólo una canción”.

Después de unas palabras de Reyes Torío y Javier Corral pudimos disfrutar de una de las mejores actuaciones de la noche. Hablamos de Mikel Erentxun acompañado de un siempre inmenso Carlos Arancegui a la batería. El donostiarra ofreció una buena dosis de rock & roll con tintes rockabillies. Abrió con una potente “Corazones” y siguió con “Cartas de amor”, “Veneno” y cerró como no podía ser de otra manera con dos temazos de su etapa Duncan Dhu: “Cien Gaviotas” y “Jardín de rosas”. Seguramente los dos temas más coreados de la noche.

La Granja

Tras Erentxun el formato pasaba de acústico a eléctrico. El turno era para La Granja. Los mallorquines ofrecieron un bolo que hizo las delicias de quienes habían ocupado las primeras filas dejadas por los más jóvenes. Bailoteo constante y muestras de estar pasándolo bien. Para un servidor fue un concierto especial puesto que a pesar de la multitud de conciertos vistos a lo largo de mi vida nunca había visto en directo a esta banda.  La Granja debe mucho a One y eso se notó en las muestras y palabras de cariño que le dedicaron en diferentes momentos . Cuarenta minutos de actuación en las que hicieron un recorrido por sus temas más representativos.  Abrieron con “La mala traición” a la que siguieron temas como “Chop chop”, “Isabel” , “Vitamina D”… No faltó una de sus temas más conocidos; “Los chicos quieren diversión”. Un buen concierto para un público que lo dio todo.

El listón quedaba muy alto para los catalanes BB Sin Sed. Los de Sabadell regresaban por estos lares y presentaban su nuevo trabajo “La dirección que no tomo”.  Fueron muy claros: “es una putada estar aquí tocando por su muerte”, explicaron. Pero era la fiesta de One y la banda ofreció un repertorio con sus clásicos y algunos temas nuevos.  Sonaron “Sed de sed”,  “Perro negro”, “Tesoro de palabras”,  la mítica “Botella rota” o “Ases de pic”.  De los nuevos destacó “Estatua de sal”.

Sin duda, la del viernes fue una fiesta de las que gustaban a One. A los que allí estábamos, encima o enfrente del escenario, nos dejó un sabor agridulce. Es normal cuando el motivo es homenajear a quien nos deja. Sin embargo, en cada nota que sonó se hizo presente la sonrisa de One.  Mientras siga la música él estará presente y sonreirá.

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