Foto: Eider Iturriaga
En la víspera del particular homenaje de Capsula al alienígena más brillante que nos ha visitado en la tierra, una decide revisitar el último y catártico concierto del Ziggy Stardust and the Spiders from Mars original, y piensa que para emular a Bowie hay que ser: A) un inconsciente; B) un talento con agallas. Los encapsulados Martín Guevara (voz) y Coni Duchess (bajo, coros) responden a ambas opciones: derrochan arrojo y carisma.
Desde su debut en el ciclo Izar & Star hace más de un lustro, han recorrido muchos escenarios y grabado un álbum con su tributo al duque blanco. Este concierto en el Kafe Antzokia es especial por ser el último en estos lares (terminará el próximo 3 de febrero en el Café Central de Aranda de Duero), y para ello tiran la casa por la ventana (también lo ha hecho el público, abarrotando el aforo).
Sobre un decorado más posnavideño que glam aparecen unos enérgicos Capsula, arropados por un dream team: Gonzalo Portugal (Last Fair Deal) y Gaizka Isunza (Audience), a las poderosas guitarras; Mariana Pérez (Sonic Trash/Audience) y Alba Granados (Moonshakers) en sendas y sincronizadas baterías y el más glam de todos Rubén Garatea (Audience), a los teclados.
Arrancan con la premonitoria Five years, que le otorga un aire ceremonial y solemne, pese a un sonido inicial un tanto abigarrado. Cinco años tenemos…, vaticina el cantante, con su deje argentino. Le sigue una versión de Moonage Daydream más rockera por el aullido de sus guitarras (a cargo de un desquiciado Isunza y un sagaz Portugal).
En Starman Martín desciende a la tierra y se rodea de un público más que entregado: … un hombre que nació y vive en las estrellas, relata sobre el homenajeado el eléctrico cantante, que finiquitará el tema con psicodélicos Freak out!!. Espléndida Coni también a la voz en It Aint Easy (así como en Star en la parte final).
Haciendo gala de su vis teatral, Martín introduce Hang On To Yourself como precursor del punk del siglo pasado, antes de los Ramones, los Sex Pistols, los Clash, ¡antes de Eskorbuto!. Eso sí, el maestro de ceremonias sitúa a Bilbao en el centro de la tierra, antes de ejecutar una intergaláctica Ziggy Stardust.
Convulsa oda a los sufragistas en Sufraggette City, exaltación de los ánimos con aterrizaje brusco en la balada Rock n Roll Suicide, dedicada a todos los suicidas del rock n roll, arenga a la resistencia del rock. Tras perder algo de presión en la cabina, algo inevitable con una canción de semejante enjundia, recuperamos el espíritu festivo con las socarronas Rebel Rebel y Jean Genie, con un soberbio Garatea a la armónica.
Tiempo para el homenaje del homenaje. Versiones de Get It On (T-Rex) y Don’t Bring Me Down (The Pretty Things) para venirnos arriba, además de la habitual y creemos que una de las favoritas de Martín, I Need Somebody de Iggy and the Stooges. Puro blues sin destilar desde Detroit, con una fuerza arrolladora que nos precipita por una galaxia remota. Unión estelar con una épica Heroes, donde Martín cita a los que se juntaron en el Berlín del 77: Iggy Pop, Brian Eno, Tony Visconti, Carlos Alomar, el propio Bowie… ¡Vaya pivitos!, exclama. Muros, disparos, disparos y besos… -evoca-; nosotros nos quedamos con los besos.
No podía faltar por supuesto Lou Reed, al que también se homenajeó con el bis final Run Run Run de la Velvet, con David Hono de Sonic Trash de invitado (también estelar). Una velada intensa que se nos queda corta. Porque, ¿quién quiere bajarse de las estrellas?
(extra bonus) Serpiente sinuosa
La misma noche en que nuestro Ziggy Stardust vasco-argentino descendía por última vez de las estrellas, el refundado trío Cancer Moon tocaba un bolo onplugged (sic) en la bilbaína sala Shake!. El miembro original Jon Zamarripa (a la guitarra acústica, sentado) estuvo acompañado de Txago Low Life Empire a la sinuosa voz y Javi Letamendia a la percusión electrónica. Con su propuesta intimista teloneaban a El Desvän del Macho, que presentaba su quinto disco Funeral económico. Imposible obviar la notoria ausencia del alma de Cancer Moon, el tristemente fallecido Josetxu Anitua. Sin embargo, la voz susurrante de Txago consigue siquiera evocar el lamento decadente de una banda de culto que hizo suyos sonidos de la Velvet Underground o Screaming Trees, en una época en la que dichas bandas eran tan rara avis como lo eran los propios Cancer Moon. Se echa de menos asimismo algo más de volumen y sobre todo, ruido y distorsión. Pero esto es un onplugged, y los prejuicios los dejamos en la puerta…