Doctor Deseo marcó el ritmo en la primera noche de los San Rokes de Portugalete

Doctor Deseo marcó el ritmo en la primera noche de los San Rokes de Portugalete

No es la primera vez que hago una crónica de un concierto de Doctor Deseo y lejos de resultar una actividad monótona siempre hay detalles de la actuación que la diferencian del resto de bolos de la banda bilbaína.

En esta ocasión el grupo liderado por Francis tenía la responsabilidad de abrir  el pasado domingo 14 de agosto las fiestas de Portugalete en lo que a los conciertos se refiere. Para ser sincero el ambiente a falta de media hora para el inicio del espectáculo era bastante frio.  Incluso empezado el mismo la asistencia no era la normal para ser un concierto de Doctor Deseo (nos tienen acostumbrados al sould out). Sin embargo la gente fue llegando y el propio Francis al finalizar la actuación pidió que les hicieran una foto desde la parte de atrás del escenario para que se pudiese ver la cantidad de gente que se había congregado en el portugalujo Paseo de la Canilla.

A las 23:30 en punto se apagaban las luces y empezaban a sonar las ya habituales notas de ‘Je t’aime moi non plus’ que sirven de apertura  para los conciertos de la banda. Tras unos segundos de silencio el solo de saxo de ‘Una mirada distinta’ irrumpe en el escenario y nos lleva a un improvisado cabaret al aire libre. Francis con su atuendo habitual (glamurosa liga roja incluida)  y el resto de la banda entran en el escenario dispuestos a que el público sea cómplice de esa noche de música, pasión y deseo.

Salvo unos pequeños problemas con el micro en el primer tema, un problema con el pedal de una de las guitarras en el segundo y el fallo de uno de los lanzadores de confeti, el despliegue de luz y sonido respondió a las expectativas.

No voy a entrar a enumerar cada una de las canciones que el grupo interpretó en las dos horas que duró el concierto pero si comentar que una primera parte de centra en “Una mirada distinta. Igual y diferente”. De esa forma el grupo presenta lo que es su nuevo trabajo, el decimoquinto para ser más exactos. Canciones como ‘El placer de conspirar’, ‘Igual y diferente’, ‘Como lagrimas en la lluvia’ entre otras, llevaron a los asistentes a un clima más íntimo y personal. En la segunda parte del repertorio suenan las canciones más representativas y emblemáticas de su carrera aunque son tantas que siempre se echan algunas de menos. ‘La hermandad de los perros sin dueño’, ‘Abrázame’, ‘Busco tus labios’, ‘Corazón de tango’, ‘Cuánto frio hace en Saturno’, ‘A mi pequeña María’ o ‘La chica del batzoki’ fueron algunas de los temas que hicieron las delicias del respetable.

Si me gustaría destacar el papel de Francis. En los últimos conciertos en los que le había visto había estado más comedido de lo habitual. Sin embargo en Portugalete lo dio todo. Provocador nato y maestro de ceremonias. Ya sea subido en las alturas o tumbado sobre el escenario Francis se entrega al máximo. Hacía mucho que no se veía a Francis en esa actitud tan provocativa como la de simular juegos sexuales con un botellín de cerveza.

El concierto fue a más y uno de sus puntos álgidos fue cuando el grupo interpretó ‘Me gusta ser una zorra’ de las míticas Vulpes. Es de esos momentos que Doctor Deseo sabe regalar para que cada concierto sea diferente. Y es que casi treinta años de carrera son un aval seguro para quien busca disfrutar de un buen show. El Portugalete volvimos a ser testigos de ello.

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