Texto y fotos: Ane Gorostiaga
Todavía cuesta asimilar la noche del sábado, mientras algunos disfrutaban de innumerables eventos alrededor del Botxo, otros cuantos nos dirigimos hacia el BEC! de Barakaldo a vivir, incluso revivir en el mejor de los casos, un acontecimiento histórico. Tal cual, sin desmerecer al resto ni pecar de exagerada, pero entenderéis que presenciar el regreso de Delirium Tremens tras tres décadas de parón, no es poca cosa. A esto había que sumarle la presentación de su nuevo trabajo «Hordago» (Mauka Musik, 2022) y las actuaciones previas de McOnak y Des-kontrol, que también estaban de aniversario (diez y veinticinco años respectivamente) y que fueron los encargados de calentar a la audiencia con su infatigable tralla punk rockera.
Poco antes de las nueve, el recinto ya contaba con gran número de asistentes para cualquier tipo de actividad, desde pillar una birra a echar un vistazo al merchan tenías como mínimo una o dos kuadrillas por delante. Los asistentes en su gran mayoría iban en grupo, así que sí, creo que la mejor forma para medir el aforo sería en unidades de kuadrilla de aproximadamente ocho personas. Activé el piloto automático y la inercia me hizo ir esquivando a gente hasta llegar a una inconsciente primera fila.
Con el tiempo perfectamente controlado, abrió la banda de Lekeitio McOnak y trajo consigo un folk fiestero, alegre y pegadizo que inundó de golpe el ambiente, rompiendo el hielo de inmediato. Junto a la voz rasgada de Joseba Iturraspe, hicieron sonar sus animadas melodías celtas centrando la atención en su último trabajo (disco de escucha obligada que cuenta con colaboraciones estrella), Bitakora (Mauka musikagintza, 2021), con temas como ‘Epeldu baino lehen’, ‘Kontrolatzen’ y cerrando con el coreable ‘Ez dute, ezin dute’ reafirmaban el recorrido ascendente de la banda.
Un directo lleno de energía, es más, en muchas ocasiones mostraban tanta actividad sobre el escenario que se hacía realmente complicado concentrar la vista en cualquiera de los seis integrantes. Siendo el entusiasmo de Irati Irizar al violín, la viva imagen del disfrute y reflejo más fiel de lo que se podía vivir en pista.
Eran las diez en punto y con la salida de Des-kontrol surgió una ola gigante de gente joven consiguiendo bajar en un momento la media de edad de las primeras filas y con clara intención de hacer honor al nombre de la banda. Al grito de “Arrasate non dago, ez da entzuten!” comenzaron el repaso por los temas más importantes de sus intensos veinticinco años en activo, durante una hora mantuvieron al público absolutamente cautivado gritando con todas sus fuerzas cada una de sus rabiosas estrofas.
El tema ‘Duintasunez eutsi’ sirvió como cierre redondo mientras cantábamos al unísono “Amorerik eman gabe, zuen leialtasuna”, archiconocida frase y acompañante de toda buena jaia que se precie. Un auténtico concierto de punk, el de pogos, sudor, saltos y repentinos baños de cerveza.
Sobre las once y cuarto, en las primeras filas el alboroto empezó a difuminarse dando paso a aquellos que a finales de los ochenta compartieron en edad y tiempo la corta pero intensa evolución de Delirium Tremens. Sin demasiada espera y la puntualidad como norma, comenzó a sonar lo que un 30 de noviembre de hace 30 años en Venezia (Santurran-Mutriku) quedó aparcado.
Apareció el cuarteto de Mutriku en el escenario irrumpiendo nuestro aplauso de bienvenida y, sin recrearse demasiado, comenzaron a tocar ‘Ihes’ y el público supo responder al momento así que en las siguientes ‘Batzuk’ y ‘Noizean behin’ ya tenían a la gente saltando como loca.
Acto seguido se lanzaron con el primer tema de su reciente disco «Hordago»; ‘Ibaiak gara’ recibiendo gran acogida. Le siguieron los clásicos y el incansable sonido de guitarras ‘Galduta nabil’ ‘Juan II’, ‘Ezin leike’. A continuación ‘I have no money’ y ‘Eutsi hirean’, ambas de su segundo disco “Hiru Aeroplano” (Oihuka, 1990).
Comenzó a sonar ‘Batzuetan’, uno de los cinco temas que formó parte de su debut y que figuraba en el disco de culto grabado junto a los navarros Zarrapo “Hemen Denak Berdinak Dira – Aquí Todos Son Iguales” (Oihuka, 1987). Fue desde entonces cuando empezaron a ser conocidos por su sonido punk británico en euskera que poco se había oído en España y comprobamos que siguen conservando aún.
Pasaron a tocar la versión de Mikel Laboa ‘Baztan’ trasladándole la actitud más chulesca y guitarrera. La facilidad con la que tocaban y se entendían los cuatro era brillante, el trío original formado por Andoni Basterretxea (voz y guitarra), Juantxo Yurrita (batería), Patxi (bajo) y, el reciente integrante de la banda, Haritz Harreguy (guitarra) no necesitaron grandes palabras para entenderse a la perfección. Bajo la frase “Ez gaude denok…” también se acordaron de homenajear al fallecido exintegrante Iñigo Muguruza.
Continuaron con ‘Sua’, otra de sus reliquias del 87, en ese momento si echábamos la mirada al público daba la sensación de no haber pasado el tiempo. Sonó ‘Garuna’ como segundo tema del nuevo disco y a la que le siguieron los tres saludadizos temas de golpe ‘Hola Tio’, ‘Kaixo’, ‘Aio’, siendo este último el tercer single de su último disco. Daba igual cuando le miraras, la sonrisa de Patxi al bajo se mantuvo permanente durante todo el concierto. Aquí es el momento en el que suenan las clásicas ‘Ikusi eta ikasi’, seguida de ‘Ni naiz naizena’ y ‘Laino ilunak’. Con un inmejorable final que cerró el esperado ‘Boga Boga’ tras hora y media de intenso concierto.
En una de las mejores noches de punk rock radical vasco de los últimos años, los de Mutriku consiguieron ilusionar a admiradores de corto y largo recorrido en lo que fue la celebración oficial y vuelta al hogar de la banda. Y lo bueno es que regresan para quedarse.
