Lendakaris Muertos: “El disco es corto porque lo hemos grabado en un mes: ¡más fresco imposible!”

«Podrán cortar la droga pero no la primavera«. Este es el título del nuevo disco de Lendakaris Muertos, y también su peculiar homenaje a Pablo Neruda. Un álbum fugaz pero intenso como siempre, fraguado durante su reciente gira “pandamericana”, que les ha llevado por México, Colombia, Chile, Argentina y EE.UU.

Jokin (bajo) sale del bar donde hemos quedado para echar un pitillo. En cuanto presento mis credenciales de periodista, se sincera: “¡Todos nos preguntáis por qué el disco es tan corto! ¿A ti también te ha parecido corto?”. No da pie a responder. “¡Joder! ¡Pues porque no nos ha dado tiempo a más! Y si lo hacemos largo, que por qué tan largo, que ya no es Lendakaris… ¿Qué queréis?” (risas).

Entramos para reunirnos con Potxeta (batería). Aitor (voz) y Joxemi (guitarra) no han podido acudir a la cita y, aunque se les echa en falta, la conversación con el bajista y batería de estos Vaya Semanita del punk no tiene desperdicio. Hablamos del uso y abuso de la tecnología, de las supuestas ofertas del Black Friday y de otras drogas de diseño, como la quinoa, con la que Jokin y Potxeta se enzarzan en una acalorada discusión. “¡La gente tiene mucho miedo a morirse!”, zanja el segundo. Agárrense los machos y abróchense a la vida lendakarísima. Advertencia: esta entrevista puede contener trazas de lucidez sin cortar. Cero azúcares añadidos.

El título del disco es pura poesía…

Potxeta: Es un homenaje a Pablo Neruda, que por cierto, estuvimos en su casa-museo en Valparaíso (Chile).

Jokin: Bueno, yo no entré.

P: Había que pagar… (risas).

El disco es fruto de vuestra gira “pandamericana” de este pasado verano: ¿cómo es que no habéis incluido un narcocorrido?

J: ¡Hostia!

P: Lo pensamos, ¿eh?

J: Llegamos allí prácticamente sin nada hecho, por no decir nada, y lo grabamos casi todo entre Chile y Argentina.

P: Ha sido como todos los discos de Lendakaris, pero más deprisa y corriendo.

J: Por eso la gente nos pregunta: “¿Y cómo es tan corto?” ¡Pues porque no teníamos más días!

Más corto, quizá, pero incluye temas que sobrepasan los 2 minutos, algún punteo, se habla también de coros “afinados”… ¿La culpa es de Joxemi “el músico”?

J: Joxemi sí que tiene que ver, pero bueno, punteos tampoco… Alguna chorradilla… ¡Son dos arreglos, joder!

P: Hay quien dice que “El 4K se llevó a mi chica” y “Odio los partidos” son más poperas, pero siempre hemos hecho canciones de medio tiempo…

J: ¡Eso no es medio tiempo!

P: ¡Claro que es medio tiempo!

J: Hombre, comparado con las que tocamos a toda hostia… Es medio tiempo, vale. “4K” es un homenaje a los Ramones, y no es una canción Ramoniana. Insisto: si hacemos lo mismo, porque siempre hacemos lo mismo; y si cambiamos, porque hemos cambiado…

P: Con el disco anterior, Cicatriz en la Matrix, había gente que decía que era muy rápido, ¡y éste dicen que es muy lento! (risas)

La función de los periodistas es esa: tocar las pelotas.

J: La verdad es que es muy corto. Es demasiado corto… (se lo piensa unos segundos) Porque si serían canciones de 3 minutos… Pero hay temas que duran 50 segundos.

“No Ez No”, ¿es un grito feminista?

J: Sí, un poco irónico, pero sí. Es un tema contra la violencia de género.

ETA tampoco se libra esta vez de vuestra lengua viperina. Cuando en “Gore ETA” habláis de pasar la fregona, ¿es vuestra manera de pasar página?

P: Eso lo tendría que contestar Aitor…

Pasamos la fregona, pues… En las últimas entrevistas os han preguntado por Podemos, acerca de por qué no les habéis dedicado ninguna canción aún…

J: Es demasiado fácil.

P: Vamos a dedicárselas mejor a UPyD (risas).

Puigdemont y el procés se han librado por cuestión de tiempo, ¿no?

J: Sí. Seguro que alguna cae en el próximo disco.

P: ¡Que será más largo!

J: Viendo cómo está el tema, hay mucho material para hacer letras. Mejor que nunca.

“La tecnología es como las drogas: hay que saber usarlas”

“El 4K…”, “Lamentablet”, incluis claras críticas al uso ‘vicioso’ de la tecnología. ¿Realmente estamos echados a perder con las ‘tablets’?

J y P: Sí, sí…

P: La tecnología está bien, ¡pero hostia, que estamos muy enfermos con el tema!

J: Es como las drogas: hay que saber usarlas.

Es una droga más, en realidad…

J: No tienes más que pararte un rato en la calle y observar a la gente, sobre todo a los jóvenes.

P: Para nosotros es una puta mierda porque nos ha pillado mayores, y andamos muy peces. Mi hija de 12 años me da unas lecciones… “Esto se hace así” “No, ¡pero qué estás haciendo!” (risas).

J: En mi caso, tampoco le pongo mucho interés.

P: Ya, pero si no aprendes, te quedas atrás.

A todo esto, ¿qué planes tenéis para el Black Friday?

P: Ir al Media Markt y darle fuego.

J: Mira, te voy a decir la verdad: tengo el móvil hecho polvo, fui el otro día al Media Markt, y me dice el tío: “Este va a bajar 40 euros en el Black Friday. Eso sí, igual tienes que esperar colas de 2 o 3 horas”. Le respondí: “Bueno, ya me lo pensaré”.

P: Además, eso de la rebaja… ¡Si es mentira! Te ponen que antes valía 150 euros, y ahora 80. ¿Y quién te ha dicho que antes valía eso?

De todas vuestras críticas a políticos y personajes varios, ¿quién o cuál es el colectivo que más se ha ofendido?

J: Ahora ya no, pero antes era la AVT.

P: Sí, bueno, esos con muchos grupos, a nada que …

J: Sí, pero hubo temporada en la que allí donde tocábamos hacían propaganda para que no nos dejaran. ¿Dónde fue aquella gorda que se lió?

P: En Soria.

J: ¡En Soria! Salió en la prensa y todo. Los del PSOE contra los del PP, hablando de nosotros…

P: Todo por las letras, por aquello de “soy un veterano de la kale borroka”,  que si ETA no sé qué…

Parece que tampoco se molestan en entender la ironía.

J: Esto fue hace tiempo, ahora no tenemos problemas con nadie, ¿no? (A Potxeta)

P: Mira, hoy venía en la prensa lo del Drogas: un partido de ultraderecha no quiere que toque en León porque apoyó a los de Alsasua.

J: También ha habido gente de la izquierda abertzale que no nos ha querido entender y que nos ha tachado de españolistas.

P: Ni quieren pillar la ironía ni tienen sentido del humor. Somos un grupo que nunca se ha casado con nadie, ni de izquierdas, ni de derechas. El que tenga un poco de entendederas sabrá cuál es nuestra ideología.

Si Lendakaris fuera un ‘tuit’, ¿estaríais en la cárcel?

J: Creo que sí…

P: Probablemente. Mira lo que ha pasado con los municipales de Madrid, ¡pero esos no van a la cárcel! Sin embargo Def Con Dos, a juicio.

J: En realidad hay una democracia falsa. Que también hay gente que igual se sobra mucho, hay que respetar un poco, pero joder… ¿Ir a la cárcel?

P: Se están pasando. No se puede meter a alguien en la cárcel porque dé su opinión sobre algo. Tampoco creo que puedas decir lo que te salga de los cojones, ¿no? Eso tampoco es, pero ya meter a alguien en la cárcel, va mucho…

Censura pura y dura.

J: Cada vez más. Desde que están saliendo las banderitas con el aguilucho…

P: ¡Se están viniendo arriba! Ya no se esconden.

“Todo dios haciendo footing, los gimnasios petados… ¡La gente tiene mucho miedo a morirse, la hostia!”

Hablemos de drogas. En vuestras canciones recurrís a las de siempre, pero hay drogas más actuales como la quinoa, ¿la habéis probado?

P: Drogas nuevas, ¡fuera! Ayahuasca y todas esas hostias, ¡fuera!

J: Bueno, yo como quinoa…

P: ¿Sí? ¿Pero qué es eso? ¿Es una droga? No había oído yo eso…

J: Es como el arroz. A ver, yo como quinoa, y alubias blancas, tocino…

P: La gente tiene mucho miedo a morirse. ¿No ves a todo dios haciendo footing, los gimnasios petados…? ¡La gente tiene mucho miedo a morirse, la hostia! (risas)

A ver, que hay que intentar comer bien, ¡pero que nos vamos a morir todos! (se queda pensativo) Quinoa… ¿Eso son unos cacharritos rojos?

J: ¡Que es como el arroz!

P. ¡Ahhh! ¡Ya sé, ya sé! ¡Eso es más malo, me cago en Dios!

J: No, pero, ¿sabes qué hago? Le echo verduritas para que coja sabor…

P: A mí no me gusta.

J: ¡Que está buena!

P: A mí no me gusta.

J: Hostia, si alguno come sano es Aitor.

P: Sí, sí. Andaba ahí por América pidiendo leche de soja. La verdad es que nos cuidamos… ¡Prrffff!! (carcajadas irónicas).

Además de a Neruda, el disco contiene otros homenajes, ¿verdad?

P: La de “Último Resort” es un homenaje al grupo madrileño Último Resorte, muy bueno.

J: La de “4K” a los Ramones, y “Odio los partidos”, a La Polla Records.

P: “Odio los partidos” es un doble sentido: expresa nuestro odio a los partidos de fútbol y a los partidos políticos. Y sí, ¡es un disco-homenaje!

¿Cómo ha sido grabar con Pablo Giadach y Federico Pertusi, cantante de Attaque 77?

P: Una puta locura.

¿Lo puedes desarrollar?

P: La batería y el bajo se grabaron en Chile. Y locura fue porque empezamos a grabar en California, tocando nueve días seguidos; luego estuvimos ensayando en México, una semana; en Bogotá otra semana y finalmente, fuimos a Chile a grabar. Todo cogido con pinzas. También tuvimos técnico nuevo, cuando siempre habíamos grabado con el mismo…

J: Pero de eso se trataba, ¿no? De una experiencia nueva. Aquí teníamos que haber ensayado más en mayo y en junio, pero al final no lo hicimos. Una canción se quedó fuera también…

P: A nosotros nos gusta pegarnos con un disco seis meses. Este ha sido todo en un mes.

J: ¡Más fresco imposible!

P: Por eso no hemos metido más canciones.

J: Hombre, también ha sido porque estaba el DVD, ¿no? (El álbum incluye el DVD Sin Speed hasta Madrid, con un concierto en la sala madrileña But).

P: ¿Cómo que estaba el DVD?

J: O sea, que el disco es corto, pero porque va con un DVD también…

P: Estamos hablando del disco, no del DVD.

J: Joder, pero está ahí, ¿no? El DVD, digo. (Potxeta le ignora)

Es la primera vez que editáis bajo vuestro propio sello, Qué mala patria.

J: Sí, ¡hemos creado un sello! Estábamos un poco hartos ya de las compañías discográficas, y queríamos probar a hacerlo todo nosotros. Igual el año que viene lo dejamos… (risas).

Cada vez más grupos optan por la autoedición, ¿cómo ha sido la experiencia?

P: ¡Es más fácil de lo que parece! Al principio pensé que tendríamos que hacer un montón de papeleo, y la verdad, es muy sencillo.

J: Ahora somos nosotros quienes tenemos el control del disco, y lo manejamos a nuestro antojo.

¿Qué es lo más ‘lendakarísimo’ que os ha ocurrido durante la gira?

P: A este (señala a su colega) y a mí casi nos detienen nada más llegar a San Francisco, en el aeropuerto. Nos vieron nerviosos, y palante. Estuvimos como media hora retenidos. Pero después de un vuelo de 13 horas, una cola de otras dos horas, y luego encima vamos este y yo, y nos llevan a un cuarto donde la gente estaba esposada. Pensamos que nos mandaban de vuelta para casa (risas). Por lo demás, la gira estuvo muy bien, era nuestra primera vez en Latinoamérica y Estados Unidos, no sabíamos a lo que íbamos…

J: Lo más importante es que no acabamos a hostias.

P: La gente de allá nos agradecía haber ido a tocar; tenían ganas de vernos, se habían hecho sus camisetas del grupo, ¡incluso nos regalaron una careta de un oso panda!

J: La verdad es que la gente lo vive allá.

P: En general, percibí que están como aquí en los años 80. En Santiago de Chile fuimos a dar un concierto al que íbamos de invitados (tocaba el grupo 2 Minutos). Llegamos y había como unas 100-200 personas en la puerta, sin entrada, tirando piedras, los seguratas con porras, extintores… De repente aparecen policías a manguerazo limpio a la gente, y nosotros: “¡¿Pero esto qué es?!” (risas). En Los Ángeles sí que hay seguridad también: ¡Unos negracos de 2 metros! ¡Como para que el público invada el escenario, sí! (risas). Iban con pistolas y la hostia, ¿eh? ¡Es que ahí la gente va con pistolas! Allí y en Tijuana nos cacheaban cada vez que entrábamos y salíamos de un garito.

Entre los conciertos y la grabación del disco, ¿os dio tiempo a hacer algo de turismo?

P: Poco, pero algo ya hemos hecho. Vimos las pirámides Teotihuacan de México, la casa-museo de Pablo Neruda (algunos), luego estuvimos también en el funicular (risas). Lo que fue una pasada es cuando fuimos de Santiago de Chile a Buenos Aires por los Andes, de madrugada, amaneciendo, ¡qué guapo!

P: También visitamos las tumbas de Johnny y Dee Dee Ramone, en Los Ángeles.

J: Bueno, la de Dee Dee Ramone estaba como apartada. En cambio, la de Johnny tenía una estatua con su guitarra y su chupa, y estaba llena de flores, púas… y el otro nada… ¡Así nos va (a los bajistas)! ¡Y para encontrar la tumba! ¡Tuvimos que mirar en internet!

P: ¡Menudo cacharro de cementerio!

(A continuación, Potxeta y Jokin se inventan un epitafio 100% lendakarísimo: “Este se murió en un McDonalds, entró a comer una hamburguesa y mató a quince” (risas macabras)).

J: La frase de la gira fue: “Cuidau aquí”. Nos decían eso en todos los sitios a los que íbamos.

P: También nos decían: “Ese barrio es bravo”, es decir, peligroso. Luego no pasaba nada, claro…

¿Algún descubrimiento musical por esos lares?

P: Los 2 Minutos, Attaque 77… Luego había un indio en Argentina (del que no recuerdan su nombre) que movía a unas 100.000 personas. Elegía un pueblo perdido y movilizaba a las masas. ¿Cómo se llamaba? El indio…

J: El indio Jou (risas).

P: Nos preguntaban qué grupos conocíamos de allí. Y nosotros: “Molotov… y poco más, la verdad” (más risas).

J: Decían que no llegaba mucha música de aquí, en disco.

P: Allá lo que es la hostia es lo del Rock Radical Vasco. Es un mito. Tienen un verdadero fanatismo.

La gira de Podrán cortar la droga pero no la primavera ya tiene varias fechas confirmadas, la primera es en el Gaztetxe de Arrasate (21 de diciembre) y en la sala Zentral de Pamplona (23 de diciembre). El próximo 23 de febrero, fecha señalada donde las haya, revolucionarán al personal en el Kafe Antzokia de Bilbao.

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