Noche notable de leyendas y rock

Noche notable de leyendas y rock

Fotografía: Sugar Velasco

El viernes se estrenó una nueva edición del BBK Bilbao Music Legends y lo hizo en una nueva localización. El festival se ha trasladado de La Ola de Sondika al Bilbao Arena de Miribilla. Como no podía ser de otra manera, esta decisión ha generado muchas opiniones encontradas. Lo mismo que ha ocurrido con la incorporación en el cartel para la segunda jornada de Loquillo en sustitución de una Allan Parsons que causó baja por enfermedad. Polémicas aparte, hay que destacar un cartel en el que, como viene siendo habitual, se conjugan verdaderas Music Legends con otros nombres y propuestas interesantes.

La jornada inaugural es reflejo de lo comentado anteriormente. A leyendas musicales como Girlschool, Hawkwind o los míticos Status Quo, se les unieron dos  artistas como Anari y Maika Makovski, ambas no con tan extensas trayectorias pero sin con proyectos de una calidad indiscutible. El viernes lo desmostraron.

A las cinco de la tarde de un viernes laborable, Anari salía al escenario del Bilbao Arena. Estaba claro que la hora iba a restar mucho público a la actuación de la guipuzcoana y así fue. Mirándolo por el lado positivo, las varias decenas de asistentes que estuvimos allí pudimos disfrutar en petit comité de la que no pocos consideran la cantautora vasca de rock más importante de los últimos años. Acompañada de su banda habitual (destacar a Xabi Etxeberri al violín), nos regaló un repertorio cargado de sus característicos ritmos, letras llenas de una melancolía y sentimiento que hacen de la de Azkoitia una artista especial.

Fotografía: E.Gascón

El set list de Anari incluyó  temas como “Ametsen eraiste neurtua”, “Orfindetalak”, “Aingura hegodunak”, “Autodefinitiua”  o ese cuadro de la realidad titulado “Epilogo” del que la artista dijo que podía llamarse “la industria de la tristeza”. No faltó “Oreinak” con la que cerró la actuación o la emotiva “Geuk piztutako suak” en la que nos hipnotizó el violín de Etxeberri. Hubo también referencia a los incendios que han asolado Navarra con el tema “Piromania”.

Fotografía: E.Gascón

Una voz cálida y fuerte la de Anari que, como siempre, nos arrastró a su terreno mediante acordes y letras que rehúyen de la sencillez y de la cursilería. ¡Un lujazo!

Quienes hemos visto a Maika Makovski y su banda sabemos que sus conciertos son una apuesta segura. La artista mallorquina gana adeptos con cada actuación y la de Bilbao no fue una excepción. Su último, “MKMK” , es fiel reflejo de lo que es Makovski: una artista que en directo gana muchos enteros .

Fotografía: E.Gascón

Le acompaña una banda en la que cada componente es capaz de tocar varios instrumentos de una manera más que solvente y eso hace que la cosa se torne a mayores. Mariana Pérez, que actuaba en casa, que se atreve con la batería, el teclado, la percusión y con los coros. Sam Bredikhin, moscovita residente en León y que lo mismo da a la guitarra que al teclado o se deja el alma a la batería. Adrián Martínez domina cuerdas y percusión y Dani Fernández se encarga del bajo con el ofrece unas línea rítmicas exquisitas. De Maika Makovski ¿Qué decir? Hace de todo y, por cierto, muy bien. Además de cantar, se desenvuelve como nadie con las guitarras, teclas, percusión y batería…

Fotografía: E.Gascón

De “MKMK” sonaron “Scare of Dirt”, con la que abrió. Un tema en el que explora numerosas alternativas sonoras en relación a lo que nos tenía acostumbrados. También cayeron “Reaching out to You” con su sonido punk-rockero, “Purpose” y su aire New Wave o la sensacional “Places Where We Used to Sit” en el que destila aires de sabor americano. Tampoco faltaron del último trabajo de Makovski “The Posse” y el tema que se convertirá sin duda el himno de su repertorio “Love You Til I Die”, un canto al amor total e incondicional. No faltó un impresionante final con “I Live in a Boat”.

Maika Makovski apuesta siempre por una gama variada de estilos que sobrepasan todas los límites estilísticos y acompañándose de una banda en la que cada día se supera.

Tras el concierto salimos a la carpa para ver el primero de los pases de Micky & The Buzz. En una pequeña carpa exterior, denominada Voodo Child Bar, la banda presentaba su EP debut, “Strong woman”. Lograron un magnífico ambiente y que la gente moviera las caderas con sus ritmos bailones a golpe de rock and roll y mucho swing.

Fotografía: Sugar V.

Volvimos al interior del Bilbao Arena para ver a las Girlschool. Una banda formada por cuatro mujeres que llevan dando caña en los escenarios desde 1978. Durante aproximadamente una hora, las británicas descargaron un repertorio plagado de piezas de heavy y hard rock. Lo hicieron bajo un sonido que no fue el mejor de la noche pero que no impidió que el público disfrutará.

Fotografía: Sugar V.

Comenzaron con el tema “Demolition boys” y dejando clara cuáles eran sus intenciones y su actitud sobre el escenario. Quizás no sean unas virtuosas de los respectivos instrumentos pero saben como sacarles el rendimiento necesario para mostrarse con una banda más que solvente. Si ha eso le añadimos la experiencia que atesoran … el éxito está asegurado.

No faltaron temas clásicos de la banda como “C’mon let’s go”, “Hit and run” de la que dijeron que era la filosofía por la que llevaban tantos años de trayectoria, “The hunter” o “Guilty as sin”. Nos gustaron “Action”, “Future flash”, “Kick it dow” o “Nothing to lose”. Las dos canciones más coreadas y bailadas fueran las dos covers que incluyen habitualmente en su repertorio: “Race with the devil” de The Gun y la brutal “Bomber” de Motörhead.

Fotografía: Sugar V.

Con “Emergency” terminaron su actuación. Unas Girlschool que demostraron actitud y buen rollo en Miribilla, pero sobre todo que por sus venas corre el rock más contundente.

Volvíamos a los exteriores para la segunda actuación de Micky & The Buzz.

Llegaba lo que a la postre fue el mejor bolo de la noche y, si me apuran, del festival. Estos no eran otros que los también británicos Status Quo. Sin duda alguna, la leyenda de la noche.

Fotografía: Sugar V.

Encabezados por un Francis Rossi hablador y bromista, la banda desplegó todo un repertorio de himnos que todos los amantes del rock hemos tarareado alguna vez. Hora y media de concierto bajo un sonido impecable y una actitud sobresaliente.

Arrancaron la actuación con “Caroline”, un tema que ya fue coreado por la multitud de fans. Entre el público, había quienes habían acudido solamente por la banda y que ya venían predispuestos a darlo todo frente al boogie rock de estas leyendas. Tampoco faltaron temas como “Rain”, “Little lady” o el muy  sofisticado “Softer ride” en el que destacó el guitarrista Richie Malone, parte de la savia nueva reclutada para la banda junto a Leon Cave a la batería.

Fotografía: Sugar V.

A “Hold you back” y “What you’re proposing” les siguió una mix de “Down the dustpipe”, “Wild side of life”, “Railroad” y “Again and again”. Lo de Rossi tampoco quisieron guardarse sus canciones mas más recientes. Entre ellas destacó “The oriental” junto al  “Cut me some slack” y “Liberty lane” de su último disco publicado en 2019.

Pero si algo ya consiguió la locura total fueron sus temas más setenteros y ochenteros. ¿Quién no recuerda el mítico “In the army now? ¿Y el “Roll over lay down”? Un final apoteósico con potentes temazos como “Down down” y el indispensable “Whatever you want”. ¡Brutal!

Fotografía: Sugar V.

Se despidieron y salieron del escenario pero la gente quería más. Por lo menos una más. Y volvieron al escenario para jubilo de un público que estaba desatado. Se despidieron de Bilbao con “Paper plane”, canción que culminó un concierto de rock en toda regla en el que la banda supo llevar al público a su terreno. Un auténtico espectáculo.

Antes de la última actuación de la noche volvimos al Voodo Child Bar para disfrutar de Gonzalo Portugal. Sin duda, el artista vizcaíno es una de las figuras musicales más destacadas. Presentaba con banda “On my way”,  su nuevo disco. Un trabajo lleno de tintes blues y rock & roll en los que el artista deja claro porque es uno de los mejores guitarristas de estos lares.

Fotografía: Sugar V.

Y tanto disfrutamos con Status Quo que, quizás, ese fue el motivo que por el que un servidor no conectará con la última banda de la noche: Hawkind. La banda inglesa, liderada por Dave Brock y sus ochenta añazos, es pionera en ese género denominado space rock. Más de 70 años en activo dotando de rock y psicodelia a letras que hablan de lo urbano pero llevándolo a un plano trascendental.

Hay que reconocer que hay gente a la que le entusiasmó la actuación de esta otra leyenda del rock a la que me queda pendiente ver en otras circunstancias. Jorge Díaz (Yo Fui a EGB) ha asegurado que le gustó más que Status Quo, a quien ya había visto en otra ocasión.

Sin duda, el bolo de Hawkind fue un espectáculo visual imponente que no dejó indiferente, en un sentido o en el otro, a quienes permanecieron en el recinto. Desplegaron siete temas, siete, en poco más de una hora. Eso sí, cada tema con una duración que podía rondar los diez minutos fácilmente. Algo que chocó mucho con los visto anteriormente sobre el escenario y que, seguramente, hubiese tenido mejor recepción del público si se hubiese programado en la anterior hora. De esa forma, Status Quo hubiese sido el fin de fiesta deseado para una primera jornada notable en este regreso del BBK Bilbao Music Legends.

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