En las horas previas a un concierto, en tu cuerpo te recorren imágenes de grandes eventos plagados de numerosos fans codo a codo, disfrutando del show sin ninguna distancia de seguridad y sin tener que portar una mascarilla. Pero te das cuenta que son vivencias del pasado y que ahora en plena situación Covid-19 todo ha cambiado. Esta pandemia nos ha mermado y despojado de toda socialización con familiares y amistades por el miedo al contagio. Pero no ha podido con la música en directo, con esas sensaciones únicas que vivimos en cada concierto.
A pesar de todas las restricciones impuestas por los que nos gobiernan, hay empresas, familias y sobre todo personas que viven del espectáculo en vivo, y que se resisten a que la magia de la música se apague del todo. Uno de los representantes e iconos de esta resistencia es la mítica sala Santana 27 (Fever), que sigue programando grandes veladas que empiezan a las 18:30 horas y terminan a las 20:00 horas.
El pasado sábado 20 de febrero, nos tenía guardada una gran velada de tarde, con el anuncio del concierto de Los Brazos patrocinado por el colectivo Beste Bat!, surgido para apoyar la escena local. Un evento donde los fieles seguidores del power trio se resistieron a perdérselo. Tampoco lo hicieron una pequeña parte de sus amistades y numerosos ilustres y asiduos de la escena rockera bilbaína. Todo ello, otorgó una nueva inyección de moral a los asistentes, que tan buena falta hace en estos tiempos tan difíciles para la inmensa mayoría de la sociedad.
Un intenso concierto donde demostraron toda la energía que poseen, a base de los numerosos temas que desgranaron durante su hora y media de concierto. Un show plagado de sus propias canciones que se manejan entre el rock más básico y pequeñas pinceladas de hard rock, con momentos sublimes de blues rock, y otros instantes memorables de rock sureño, que son perfectamente ejecutados por William en la guitarra y en la voz, por Txemi en el bajo y por Kokino en la batería. También hubo hueco para unas versiones de sus principales influencias e ídolos y para presentar algunos nuevos cortes, cómo fueron “Your Game”, “The Chance”, “Dont Take It Personally” o “Why”, los cuales vendrán incluidos en su próximo lanzamiento, que todavía está en proceso tal como nos anunciaba un comunicativo y alegre, William.
Durante el show de Los Brazos no faltaron grandes momentos a base de sus clásicos, como por ejemplo la mítica “Magic” que fue solicitada en varias ocasiones y que la tocaron en el transcurso de su traca final. Hubo un momento destacado de funk rock a base de la tremenda versión que se cascaron con “’Higher ground” de Stevie Wonder donde Txemi puso toda la carne en el asador.
También desvelaron de donde viene realmente el nombre de la banda antes de ejecutar magistralmente la versión de los Gov’t Mule que recae en el corte “Broke Down on the Brazos”. No faltaron clásicos de la banda como la enérgica “Have Mercy” y como la contagiosa “The Rain” que contó con una gran participación del público. Al igual que sus éxitos “Cold” y “Juice”. Tampoco, faltaron destellos rockeros a base de grandes interpretaciones de sus cortes más emblemáticos. La bailable “Not My Kind” que anteriormente y sin pandemia de por medio hubiera sido todo un fiestón y la perfecta comunión entre músicos y público. Y así sucesivamente hasta llegar a interpretar casi veinte canciones durante la hora y media que duró su concierto.
El show contó con cerca de unas 150 almas sentadas y con sus correspondientes mascarillas, donde antes hubieran podido albergar el millar de personas, que no pudieron resistirse a corear sus estribillos y a levantar los brazos como buenos fans de este power trio, que están amasando su nuevo álbum a fuego lento.
La parte positiva es como el propio William dijo en el concierto, que ante la ausencia de giras disponen de todo el tiempo del mundo para redondear aún mas su muy esperado nuevo trabajo discográfico.
Todos los amantes del rock anhelamos que todas esas canciones que tantas veces hemos escuchado de Los Brazos, vuelvan a sonar y así volver a ser testigos de sus magníficos directos, por ello no perdemos la mínima de oportunidad de disfrutar de sus conciertos.
Y una vez más, no quería pasar la oportunidad de revivir esas sensaciones que el directo te ofrece en el foso ante tus ídolos locales. Gracias a Los Brazos por estar ahí y sobre todo por hacernos tan felices a base de unos pequeños latigazos guitarreros y melodías vocales comandadas por William junto a una intensa sección rítmica liderada por Txemi y Koki en bajo y batería respectivamente.
Sensaciones vividas que ansío repetir durante las próximas semanas, ya que esta es la mejor vacuna que tienen nuestras almas rockeras. Y pese a quien le pese, se seguirán celebrando, el rock es una necesidad esencial para cualquier amante del rock y para todo ser humano.
