Shinova revienta Plateruena en una noche para el recuerdo

Shinova revienta Plateruena en una noche para el recuerdo

Nuevo ‘sold out’ de Shinova que cerrarán su gira por salas con 3 casi consecutivos (Madrid, Durango y Gijón). Lo cierto es que siempre han sido un grupo ideado para trascender, no una simple distracción. Ya en sus inicios cuando hacían una música más estridente, y que poco tiene que ver con la que hacen ahora, se advertía una banda con ganas de comerse el mundo.

Hoy esa música ha quedado atrás, al igual que probablemente algún seguidor que no entendió el cambio de rumbo, pero lo cierto es que el tiempo ha dado la razón al quinteto de Berriz y sus seguidores han ido multiplicándose a lo largo de los últimos años.

Sus dos últimos trabajos han logrado que poco a poco la banda consiga estar más cerca de ese lugar que yo creo le corresponde por derecho, por currar tantísimo, por no cerrarse, por ser valientes, por no ponerse límites, ni etiquetas…

Volver’, su último trabajo, ha otorgado a la banda la mejor gira de su historia (este año cumplen 10 años) con más de 50 conciertos y miles de kilómetros en furgoneta, y por fin, hoy sí que sí, tornaron a casa (ya nos tocaba), para despedir la gira a lo grande con familia y amigos.

Kitai mostrándonos su fuego

KITAI

Abrieron la velada los madrileños Kitai, una bandaza de rock con un show-escenografía por encima de la media y con unas canciones llenas de energía que te trasmiten a cada riff, a cada golpe de batería, a cada desgarro de cuerdas vocales… Lo dan todo a cada nota, y siempre hay que admirar al que es capaz de darlo todo sin dañar en exceso el apartado musical. Kitai lo consigue con nota.

Una banda que tiene muchos nexos en común con sus compañeros de velada, ambos cambiaron de estilo, ambos grabaron en el mismo estudio y ambos vendieron recientemente todos los billetes de la sala madrileña Joy Eslava.

Comenzaron su descarga con ‘H2O’ temazo con estribillo pegadizo. Un abrir de boca que prometía una noche extraordinaria. Todavía Plateruena no gozaba del lleno cuando empezaron a sonar los golpes de batería que daban comienzo a ‘Fuego en la Radio’, con un bajo soberbio guiándote por toda la canción con esos fantásticos slaps.

Manos arriba pidieron al inicio de ‘Riviera Maya’ una canción muy Muse, donde se lucieron todos por igual. Van bastante sobrados de técnica y lo volvieron a demostrar en ‘Cadáver Exquisito’ y ‘Sientes el Golpe’ otra vez con un bajo y batería espléndidos.

Agradecieron a Shinova la invitación, y continuaron su descarga con ‘Tirar a Matar’ con un ritmo trepidante. Pidieron la colaboración de un público un tanto apático para introducir ‘Animal’ con destacada guitarra y gritos desgarradores del vocalista. Este último comentó que Lars Ulrich, baterista de Metallica, seleccionó este tema para pincharlo en algún lugar y a la banda le hizo mucha ilusión. Normal, ¡es el puto Lars Ulrich!

El público empezó a entrar en calor con ‘Melodrama’, tema de desarrollo complejo, y continuó enchufado con el trallazo de ‘Que Vienen’.

Para despedirse eligieron ‘Superior’, donde al final del mismo el fornido baterista agarró un bombo, regaló baquetas y animó a que el público golpeará con fuerza

Deivhook sujetando el bombo mientras el público lo golpea.

Tras este momento un tanto surrealista, pero original, prosiguieron con los riffs de ‘Sleep Now in Fire’ de RATM, gran influencia en su música, para finiquitar el concierto por todo lo alto.

SHINOVA

Kitai puso el listón bastante alto, tan alto que pensé que igual el concierto de Shinova podría quedar algo más deslucido, ya que no gozan de la agresividad y la contundencia que derrochan los madrileños, pero por enésima vez en esta vida el tiempo acabaría quitándome la razón y lo que se nos avecinaba iba a estar a un nivel brutal, sino en agresividad, si iba a ser superior en emoción.

Con Ander (bajista), Erlantz y Dani (guitarristas) y Froufe (baterista) ya sobre las tablas, sonó la campana en ‘El último combate del siglo’ ya no había vuelta atrás y el concierto había comenzado. Un piano sampleado daba comienzo al tema más épico de ‘Volver’. Gabriel saldría breves momentos después ataviado con una bata de boxeo e incitando al público a saltar desde el primer momento con un: Gabon Durango. ¡Os queremos! ¡Arribaaaa!.

Mientras los músicos tocaban, unas pantallas trasmitían imágenes y parte de las letras de las canciones, aunque esto último no hizo mucha falta ya que la gente se sabía las letras al dedillo.
Sin pausa alguna, acometieron con ‘El País de las Certezas’ y ‘Viajero’, con ese comienzo de cuerdas tan mágico. Además, la concluyeron con un genial solo de guitarra versionando ‘Baker Street’.

Siguiendo a un ritmo endiablado, sin pausa entre canción, comenzó a sonar el riff de guitarra que daba comienzo a ‘Niña Kamikaze’, y fue en este preciso instante cuando nos dimos cuenta de que la gente estaba enchufadísima. Inmediatamente después nos adentramos en su anterior disco ‘Ana y el Artista Temerario’ con ‘Paisajes’, donde se le atragantó el rap a Gabriel, y con ‘Ana’ con un público entregadísimo coreando toda la canción.

Confeti sobre los cabellos, cohetes alumbrado el cielo. Ah no, que eso fue en el Sonorama.

Y tras ello, llegó uno de los momentos más esperados por el respetable. Fue decir Gabriel el nombre del tema y un griterío ensordecedor llenó Plateruena. La canción era ‘Doce Meses (El año de Maravilloso Desastre)’. Curiosa canción, con una estructura poco común, pero que funciona estupendamente bien, además de poseer una letra maravillosa. Las letras de Shinova son claramente uno de sus puntos fuertes. Letras muy visuales, con una buena narrativa, con historias accesibles, alejada de la típica poesía de palabras sueltas, en ocasiones inconexas, que se pueden interpretar de infinitas maneras y todas ellas de forma abstracta.

Seguidamente aprendimos a no malgastar el tiempo mirando al pasado con ‘Tengo’ y flotamos con ‘Gravedad Cero’, con la que siguieron manteniendo un ritmo que no decayó en ningún momento de la noche. En este tema, es cierto que eché en falta la voz de Kate Green, que sí estuvo hace tres años en el mismo lugar regalando un gran dúo a los asistentes. Y es que, si hay algún pero que podría ponerle a este concierto fue la falta de colaboraciones. Pensé que al tratarse de un concierto fin de gira y en casa, actuarían en alguna canción Nerea Aizpurua al chelo e Imanol Iribarren a los teclados, pero no fue así, así que escuchamos muchas de sus partes del disco de forma pre-grabada. Una lástima.

Después de mi pequeño berrinche, las palmas del respetable comenzaron a sonar dando ritmo a la guitarra acústica de Erlantz en ‘Volver’ con un Gabriel especialmente inspirado. Nos conectamos con cuerdas trasparentes en ‘Qué Casualidad’ y regresamos al pasado con ‘Lo que Fuimos’, temazo de su anterior disco y que debería ser imprescindible en sus directos. Nos encontramos a nosotros mismos con ‘Ser espiritual’, canción que yo escuchaba por primera vez en directo y una de mis favoritas del disco, y evidentemente, ahora también en directo. Al terminar ‘Mensaje de Emergencia’ los chicos se despidieron, pero solo un par de minutos, ya que regresaron para emocionar con ‘La Ciudad Dormida’.

La primera sorpresa de la noche llegó con la presentación de un tema de su próximo disco que publicarán a finales de año, si todo va bien. Un emotivo tema en donde destaca especialmente Daniel del Valle a la guitarra.

Tras ‘La Nueva’, fue el momento de recordar a Antonio Vega con una versión de ‘La Chica de Ayer’, buen homenaje se marcaron, aunque yo hubiese escogido una canción menos conocida, esta está demasiado trillada.

Ya en la recta final tocaron ‘Para cambiar el mundo’, siendo el público al menos tan protagonista como la propia banda.  Al concluir el tema Gabriel hizo un inciso para agradecer a multitud de personas, incluidos los medios de comunicación más humildes, algo que se agradece enormemente. Les iba a poner fatal en esta crónica, pero después de eso mi conciencia no me dejaba jejeje (evidentemente es broma).

Finalmente se despidieron con ‘A 30 Metros’ con la que el público no paró de despegar los pies del suelo mientras cantaban a viva voz ese “Oh Oh Oh” y el confeti volaba por encima de sus cabellos, y al rato Gabriel bajó del escenario y se unió a la fiesta que el público tenía montada.

Nada más sonar la última nota del concierto el Plateruena rompió en una gran ovación mientras se escuchaba de fondo a Gardel y su ‘Volver’. Y nosotros ya estamos deseando que Shinova vuelva pronto.

Los miembros de Shinova son ovacionados mientras suena ‘Volver’ de Carlos Gardel

 

GALERIA KITAI:

GALERIA SHINOVA:

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