The Lords Of Altamont y el salvaje sonido de California

The Lords Of Altamont y el salvaje sonido de California

Acudimos a misa de una ayer en el Crazy Horse para rendir cuentas ante los californianos The Lords Of Altamont que venían de la mano de Under Cover Producciones Booking. Un cuarteto, encabezado por Jack Cavaliere, que lleva más de dos décadas recorriendo carreteras a un lado y al otro del charco. Esta es su primera gran gira post pandemia y en la que presentan “Tune In, Turn On, Electrify”, su séptimo trabajo grabado y publicado el año pasado.

Dani Sindaco (guitarras), Jake Cavaliere (voz y teclado farfisa), Steven van der Werff (batería) y Rob Zimmerman (bajo) estuvieron algo más de una hora tocando a destajo bajo un sonido mejorable y un magnífico ambiente. Sonaron 17 temas (si no me equivoco), cuatro de ellos del mencionado “Tune In, Turn On, Electrify”. Cinco también sonaron de “The Wild Sounds Of Lord Of Altamont” (2017), tres de “Lords Have Mercy” (2005), dos de Midnight 666” (2011) y uno de “The Altamont Sin” (2008), “Lords Take Altamont” (2020) y de “To Hell With The Lords Of Altamont”.

Si tuviéramos que clasificar el sonido de este mítico grupo tendríamos que colocar en un recipiente un poco de el rock sucio de The Rolling Stones, la dureza de The Stooges y MC5. Tampoco sobraría un poco de esencia de los primeros momentos del punk norteamericano con gotas de Ramones y New York Dolls. Sin embargo, The Lords of Altamont han logrado un estilo propio.  Imaginación a la hora de componer, una amplia gama de melodías, un toque único gracias al teclado farfisa y esos tintes psicodélicos hacen de la banda angelina una opción para quien busca alejarse de las reglas definidas del rock and roll.

Abrieron con  “Live With Me”, tema de su anterior álbum. Continuaron con  “I Said Hey”, una rabieta en toda regla y que enlazaron sin pausa con el punk americano de «Death on the Highway«. Destacaron temas como «Going downtown«, una canción que nace del garage y en la que la batería marca el ritmo junto a un afilado riff. Gustó “Like a Bird”, un rock psicodélico del que no puedes escapar. También bailamos la pegadiza “Get inThe Car” de ese feroz trabajo que fue “Midnight 666”.  Tampoco faltaron en el repertorio “Hold Fast”, “Million Watts Electrified” en la que destacan los solos de órgano y un martilleo constante de cuerdas, y “We’ll Never Leave”.

La banda lo da todo en el escenario. Sin embargo, mención especial merece un Jake Cavaliere entregado con pasión y sin piedad a su teclado Farfisa. El front man zarandeó en varias ocasiones el instrumento que, al final, dejó (literalmente) en manos del publico. La verdad que sorprende que, con la cantidad de cambios que ha habido en la banda a lo largo de estos 23 años, consigan mantener su identidad intacta. Pocos grupos aguantan sin despeinarse tantas idas y venidas.

Con una espectacular “Going Nowhere Fast” sonaron muy Cramps y con “Living With The Squares” se marcaron un potente rock punk garajero. “Velvet” también sonó muy potente. “Levitation Mind” supone un viaje psicodélico en toda regla, mientras que “The 7th Day” viajamos pero, en esta ocasión, con aires moteros. Un tema que en escasos tres minutos resulta directa y cruda.

Para los bises dejaron su cara más punk. Con “Action” y “4.95” sonaron con esa fuerza garage-punk que ha caracterizado a la banda a lo largo de su carrera. Cerraron con “F.F.T.S.”, herencia pura de esa herencia MC5 y cercana a Thee Hypnotics.

Muy buen bolo el que ayer nos brindaron Jack Cavaliere y su séquito. Si el sonido hubiese estado mejor hubiese sido de lo mejor del año sin duda. Alguien me comentó una vez que el rock tiene que sonar sucio y salvaje. Ayer The Lords Of Altamont nos trajeron el lado salvaje del rock californiano.

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