Aunque es cierto que este disco tiene ya unos meses no queremos dejar pasar la oportunidad de hablar de él y de sus creadores como se merecen. Además si entras en www.willisdrummond.net o en www.blackizar.com, descubrirás que siguen en plena gira de presentación. Y si el disco te gusta ya te digo que con sus increíbles directos fliparás aún más.
El caso es que se formaron en Iparralde a comienzos del nuevo milenio y fueron sacando disco tras disco a cual mejor hasta llegar hace un lustro a publicar un potente y aún lustroso «A Ala B» (Bidehuts) que fue su cuarto trabajo. En su background musical tenemos el high-energy australiano y el genial rock de esa zona en general con bandas como The Drones, The New Christs o Beasts Of Bourbon en su punto de mira. Como tienen gustos impecables tampoco le hacen ascos al punk-rock clásico ni a sus posteriores evoluciones. Otro tanto ocurre con algunas dentelladas al sonido Detroit y con ciertos ritmos inspirados en el blues, pero destrozándolo a su manera. Además se marcaron una serie de conciertos en directo con el material de Neil Young & Crazy Horse que debiera estar inmortalizado en algún soporte físico porque realmente se lo curaron y los resultados estuvieron a la altura.
Tras la larga y triunfal gira de su cuarto disco decidieron tomarse una descanso indefinido que parecía presagiar una separación definitiva. Más aún cuando todos sus miembros están inmersos en bastantes aventuras musicales más como es el caso de los Atom Rhumba o como es el caso de Jurgi Ekiza con un guapo y muy recomendable vinilo en solitario con doble carpeta titulado «Bh036» (Bidehuts). Ya punto y aparte es lo del ubicuo Joseba B. Lenoir, tanto en solitario, con banda al completo o como Joseba B. Lenoir Trio, con dos mozas en la sección de ritmo y con quien flipamos también recientemente en el Antzokia.
Sin embargo han decidido retomar su gran trayectoria y aquí está este «Tabula Rasa» (Tabula Rasa Records) para confirmarlo por todo lo alto. Comenzando por la brillante producción de Burke Reid, al que supongo elegirían por ser el encargado de los controles de «Havilah«, uno de los mejores discos de los más que recomendables The Drones. Suele ser lo típico pero de verdad creemos que ha sabido capturar el potente y crudo sonido de la banda en un disco mejor que nunca hasta la fecha. Las guitarras supuran rabia y vienen cargadas de adrenalina pero también guardan momentos para sutiles delicadezas. Además hay espacio para buenos arreglos en forma de teclados, voces o percusiones y por debajo de todo sigue estando esa muy compenetrada sección de ritmo que lleva el pulso de las buenas canciones. También está a la altura la presentación del disco en un estupendo y coqueto triple digipack y con un libreto de 20 páginas con todas las curradas letras en euskera, castellano y francés.
También es digno de valorar la masterización de lujo del prestigioso John Golden en sus estudios de California. Eso hace relucir aún más temas como el contundente y enrabietado arranque con ‘Athabasoa‘. Se muestran más melódicos, sobre todo en la voz en ‘Joan ikustera‘. Aunque también en estos temas tienen arranques salvajes que pueden encantar a seguidores de bandas como los Berri Txarrak también. Se muestran acelerados y más punks en una ‘Orain‘ de guitarras punzantes. Cambian a cámara lenta en ‘Orain II‘ y ese contundente ritmo nos hace pensar en el mismísimo Neil Young. Las guitarras vuelven a chirriar con gusto en ‘Hori dena‘ pero también dejan espacio a buenos estribillos como el de ‘Ekiraino‘. El final es impecable. Se titula ‘Hondamendi hontan’ y de nuevo las guitarras remiten a las de Young cuando le acompañan Crazy Horse, pero al mismo tiempo presentan subyugantes cortocircuitos variados. ¡Grandísima banda en directo y con su mejor y más grande disco hasta la fecha!