Tiempo de cambios para Los Zigarros. Pero parece que buenos cambios. Es una pena que no tengan la acogida crítica que se merecen pero eso es lo que suele pasar en este país cuando una buena banda de rock’n’roll triunfa y alcanza ciertos niveles de ventas y popularidad. El público está con ellos y se lo ganan en cada concierto y también en cada disco.
Hace tres años hicieron una especie de cierre a sus primeros años de carrera con el buen directo “¿Qué Demonios Hago Yo Aquí?”. La gira se interrumpió por la pandemia y ahora regresan con nuevo disco y con más ganas de tocar en directo. De hecho, ya que decimos que estarán en Santana 27 el día 30 de diciembre y te recomiendo que andes vivo para conseguir las entradas porque se agotarán al igual que están haciendo en otro montón de sitios. Puedes estar al tanto y conseguir disco y entradas en www.culturarock.net.
Los cambios en «Acantilados» son bastante profundos. De la producción de Carlos Raya han pasado a la de Leiva. Luego está la presencia abundante de muchos teclados con especial mención para el piano de Ovidi, aunque también lo toca, además de muchos otros teclados, César Rock. También es cambio, creo, que el disco está consagrado como nunca al amor. Lee sino, las palabras de Ovidi en el cuidado libreto interior: “Lo que estáis a punto de escuchar es un conjunto de canciones sobre amor mágico y verdadero. Fueron escritas en una época de alta intensidad emocional, y siempre con un nudo en la garganta. El LP es una carta de amor infinito y quería que lo supierais”. Lo sabemos… y se nota, Ovidi.
Siempre se les ha tenido por un grupo muy “Stones”, y de rebote, también de su herencia aquí en bandas como Burning, Tequila, Los Rodríguez o Pereza. Siguen gustándoles y seguro que les gusta su nuevo disco, pero aquí hay mucho más. De hecho el disco arranca con ‘Aullando en El Desierto’ y lo primero que te viene a la cabeza son Tom Petty & The Heartbreakers. Un tema pegadizo con buen estribillo y lógico arranque. Ya tenemos esos teclados luminosos que nos recuerdan, sí, a Benmont Tench. En ‘No Pain No Gain’ sí que suenan más “Stonianos”, pero también con su punto Black Crowes, ¡eh! ‘Mis Ojos’ es un buen y efectivo medio tiempo y en ‘Acantilados’ nos traen aires latinos al estilo de Los Rodríguez y espectaculares coros de pabellón o estadio, aunque ahora hayan comenzado su gira por salas. ‘Barcelona’ arranca como balada muy M Clan y destaca el piano con un punto al gran Luis Prado, otro que seguro que les gusta. Buenas guitarras y más efectivos coros en ‘Como Quisiera’. Leve ritmo reggae en una agradable ‘100.000 Bolas de Cristal’. Se marcan un genial 3 en 1 con Por Fin’. Arrancan con piano entre Beatles y Luis Prado (gran fan de los Fab Four), pero luego cambian a ritmos y riffs de los Rolling Stones, para acabar casi con punteos cercanos al los mejores Queen. Suenan trepidantes y cercanos a Tequila en ‘Rock Rápido’, con la que nos pondrán a bailar a todos en la Fever. Finalizan con un precioso lento titulado ‘El Monstruo’, de nuevo con destacado piano y también con sentidos punteos. Canciones que darán enorme juego a sus directos, bien acompañadas por los ya clásicos de sus primeros trabajos. Se nota que las llevaban muy rodadas al estudio, pero también se nota la frescura y la espontaneidad de grabarlo casi todo en directo y con bastante celeridad. ¡Fumaremos un gran puro a su salud!
