Luke Winslow-King: Un Corazón Roto en el Antzokia

Podremos gozar del último y realmente bonito quinto disco de Luke Winslow-King en directo el día 9 de noviembre en el Kafe Antzokia. Será, además, su estreno aquí con el flamante y novedoso «I’m Glad Trouble Don’t Last Always» (Bloodshot / Bertus) y el pistoletazo de salida a una gira por nueve ciudades.

Ya lo hemos disfrutado en más ocasiones por aquí, tanto en el Antzokia como recientemente y por partida doble en el último Azkena Rock. En Vitoria, en genial actuación matutina ya nos demostró que sus nuevas canciones iban en torno a una dura ruptura sentimental y que tiraban hacia una sonoridad mucho más blues.

Pero merece la pena hacer algo de historia con él. Yo le descubrí con su tercer y gran trabajo, «The Coming Tide», ya para el prestigioso sello de música de raíces de Chicago, Bloodshot Records. Por entonces se le conocía como «El Rey del Swing de Louisiana», pero ya entonces teníamos aromas folk, góspel, jazz y blues en sus variadas canciones. Hace un par de años se superó, para mi gusto, con «Everlasting Arms» en el que ya tenía mayor cabida el blues del Delta y hasta blues acelerado con regusto a John Lee Hooker en ‘Swing that thing’.

Pues ahora mismo creo que se ha superado con su nuevo disco y ya me lo barruntaba cuando le vi en el Azkena. El disco ha sido grabado de gira en Italia y luego ha contado con la labor en las mezclas del gran ingeniero de sonido, Colin DuPuis, habitual de The Black Keys. Desde luego que predominan los emotivos tonos autobiográficos y que lo hacen en forma de mucho, sentido y emocional blues. Em,pieza con ‘On my way’ y ya se sale Roberto Luti con su guitarra slide, aunque luego la sonoridad se mezcla con precioso country-góspel. El tema titular, precioso por cierto eso de «I’m Glad Trouble Don’t Last Always», es más eléctrico y con aires a Jimi Hendrix. Me encanta ‘Change your mind’ con su precioso ritmo trotón a lo Ry Cooder y con su sublime estribillo melódico también en su onda. El violín de Matt Rhody es un bonito detalle para ‘Heartsick blues’ con su recuerdo al gran Hank Williams. Destaca también la presencia con el órgano de Mike Lynch que se sale en le bues lento ‘Esther please’ con unas percusiones muy a lo Tom Waits. Luke canta de miedo, como siempre, en ‘Watch me go’ con los buenos punteos de la slide Luti sobre el nocturno órgano de Lynch. ‘Act like you love me’ es un boogie blues que dará mucho juego en vivo y que tiene mucho de la gran Bonnie Raitt y hasta de los Canned Heat. La más profunda tristeza le embarga en ‘Lousiana blues’ con más preciosa slide guitar. Menos mal que se nos muestra más esperanzado y esperanzador en la final ‘No more crying today’ con letra y música más luminosa y con unos punteos finales y gran alegría que nos dejan con una sonrisa de oreja a oreja. ¡De nuevo un gran disco de ruptura y otra vez un gran disco de un grande ya, como es Luke Winslow-King!

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